Los flujos de trabajo de producción se han vuelto mucho más complicados que antes por todo tipo de razones, pero hay formas de mantener la complejidad bajo control. El paso de la película o la cinta a los archivos ha tenido el efecto fortuito de aumentar masivamente los ratios de rodaje. Simplemente, es más fácil hacer más tomas con más cámaras, y conservarlas todas, cuando son “sólo” archivos digitales.